Ex director de la entidad plantea el equilibrio entre ambos aspectos para el control de mercancías ilícitas.
Recientemente, el Servicio Nacional de Aduanas ha anunciado la pronta incorporación de dos camiones escáner a las tareas de revisión de cargas, que serán destinadas a las labores fiscalizadoras que se desarrollan en los puertos de Iquique y San Antonio. Asimismo, se espera el arribo de una tercera unidad de similares características hacia fines del presente año. “Sin duda, se trata de una excelente noticia que se enmarca en los esfuerzos que el Estado está desarrollando para la seguridad de las fronteras marítimas, procurando evitar que los puertos de Chile sean usados por organizaciones criminales para el ingreso y salida de mercancías ilícitas, especialmente drogas”, expone el abogado José Ignacio Palma, ex director nacional de Aduanas.
Sostiene que se debe reconocer que las autoridades de los Ministerios de Hacienda e Interior “han comprendido que los planes y programas para combatir el tráfico de drogas ameritan no solo la instalación de mesas de trabajo y de un marco de colaboración entre los distintos actores públicos, sino que también es necesaria la inyección de recursos financieros que posibiliten la adquisición de los equipos tecnológicos necesarios para la revisión de cargas”.
Sin embargo, subraya, “no puede dejar de tenerse presente que los camiones escáner, por sí solos, no serán capaces de impedir el ingreso o salida de cargas ilícitas, por mucho que se aumente el porcentaje de revisión de contenedores”.
Explica que se ha comentado que las nuevas herramientas de tecnología no invasiva para la revisión de cargas deberían permitir un incremento significativo del número de contenedores que son objeto de inspección, pero se olvida que tal aumento generaría un aumento de costos en la cadena logística, los que finalmente serán traspasado al consumidor, debido al mayor tiempo de permanencia en el puerto respectivo de la carga. “Dicho lapso, por cierto, no solo incumbe a las capacidades humanas del Servicio Nacional de Aduanas, que muchas veces carece de la suficiente cantidad de funcionarios para las tareas operativas, sino, también a los operadores de los terminales portuarios, que deben disponer equipos y personal para el traslado de la carga al punto de inspección”, apunta.
Necesario equilibrio
Palma recalca que “la clave para aumentar la eficiencia en la detección de carga ilícita parece estar dada por un necesario equilibrio entre la cantidad de contenedores que se someten a la revisión por camiones escáner y la información, previamente procesada, que permita a los analistas de riesgo del Servicio Nacional de Aduanas seleccionar las cargas que serán revisadas”.
En suma, dado que la operación de los camiones escáner implica costos para Aduanas, precisa que “debe tenderse a un uso eficiente de los recursos, procurando aumentar el índice de efectividad en el proceso de selección de cargas riesgosas”.
Según explica el punto no es menor, puesto que el aumento de la eficiencia se conecta forzosamente con dos aspectos en los que el Estado está “al debe”, ya que “finalmente de lo que hablamos es del uso inteligente de los datos, de la aplicación de inteligencia en los procesos aduaneros”.
El primer aspecto, detalla, tiene que ver con la cooperación interinstitucional en el intercambio de información de inteligencia que permita detectar ex ante el ingreso o salida de mercancía ilícita por los puertos del país.
Indica al respecto que, actualmente, el intercambio efectivo de información entre las policías, fiscalía y otros Servicios (como Impuestos Internos) opera sobre la base de convenios de colaboración y la buena voluntad de las respectivas jefaturas, sin que exista un marco institucional (de rango legal) que establezca ciertas obligaciones, resguardos y normas que gobiernen el procesamiento y uso de información de inteligencia. “Es fácil advertir que la ausencia de dicho marco perjudica, finalmente, la labor del Estado y su tarea de combatir eficaz y especialmente al crimen organizado, lo que afecta a la sociedad toda y pone en riesgo la propia existencia del Estado. Basta mirar la situación que actualmente se vive en Ecuador para constatar la efectividad del aserto precedente”.
El segundo aspecto- continúa- se relaciona con el fortalecimiento del Servicio Nacional de Aduanas en cuanto a sus capacidades tecnológicas y analíticas para el fortalecimiento de las Unidades de Riesgo que operan en las Direcciones Regionales y Administraciones de Aduana. Para ello, “la inyección de recursos al Servicio, es la única manera de aumentar su eficiencia y eficacia en la detección de cargas ilícitas”, apunta.
“Es de esperar que el Estado no sienta que su tarea en orden a fortalecer la seguridad en las fronteras marítimas se agota con la incorporación de nuevos camiones escáner; también se requieren recursos en capacitación para su manejo, para el diseño y ejecución de nuevos programas analíticos y una nueva institucionalidad que se haga cargo de los desafíos actuales en materia de inteligencia fronteriza asociada al comercio exterior de Chile”, concluye.
Fuente: www.mundomaritimo.cl