Terminal espera movilizar más de 8.300 contenedores con la fruta esta temporada.
El 10 de febrero inician las celebraciones del Año Nuevo chino, fecha en que la cereza- de un auspicioso color rojo, de acuerdo a la cultura china- se convierte en un regalo muy apreciado entre los habitantes del país asiático. El periodo previo a la celebración se transforma en «una carrera contra el tiempo para llegar a China», aseguran en el puerto de San Antonio, el más importante de Chile, y uno de los principales puntos de embarques de esta fruta.
«Trabajamos con 15 ‘Cherry Express’, que son buques que modifican su ruta paraarribar en el menor tiempo de tránsito a los puertos asiáticos de Shanghái, Guangzhou, Dalian, Hong Kong, entre otros. Esperamos superar las expectativas y movilizar más de 8.300 contenedores refrigerados con cerezas esta temporada, con dos a tres servicios expresos semanales», indicó a Xinhua el gerente general de San Antonio Terminal Internacional (STI), Rodrigo Galleguillos.
El puerto de San Antonio invirtió recientemente 15 millones de dólares para ampliar su capacidad y productividad, con el objetivo de ser «un socio confiable, sobre todo para China», dice Galleguillos, considerando que el país asiático compra cerca del 90% de las cerezas producidas en Chile en contraestación, con un retorno que supera los US$2.000 millones de dólares para el país sudamericano.
«Nos preparamos todo el año con las autoridades portuarias, logísticas, productores, y somos absolutamente flexibles, porque los contenedores refrigerados con frutas tienen que estar el menor tiempo posible en el puerto, así el producto gana calidad y llega en las mejores condiciones a su destino», afirmó.
Trabajo y coordinación exacta
La coordinación de los empleados portuarios no falla en época de verano. Los camiones con cerezas, provenientes de todo Chile, ingresan al terminal en menos de 20 minutos y son rápidamente conectados a la electricidad para no perder la cadena de frío que mantiene fresca la fruta. «Hay que asegurarse de que la temperatura sea la correcta y la carga no sufra daño. La estadía normal de un contenedor de exportación en el puerto es de cinco días, pero en el caso de las cerezas se reduce a dos días promedio. Todo se acelera», sostiene Galleguillos.
Cuatro grúas trabajan en simultáneo en el embarque de 800 contenedores a bordo del «Sally Maersk», un buque de 346 metros de eslora, es preparado en el terminal antes de atravesar una ruta marítimas de 21 días, sin escalas.
Productores
A una hora y media del puerto, en la localidad rural de Las Cabras (región de O’Higgins), los productores frutícolas hablan de la «fiebre de las cerezas» en China que ha convertido a la guinda en la fruta más sembrada de Chile en la última década, con 62.000 hectáreas plantadas y con proyecciones de crecimiento.
Luigi Sigala, encargado de exportaciones a Asia de la empresa chilena Verfrut, señaló a Xinhua que la industria cerecera «ha desarrollado toda una tecnología para llegar en tiempo acotado a destino, porque la cereza es una fruta de mucho cuidado, que se deshidrata rápido».
«Actualmente, la cereza es un monomercado, ya que China se queda con casi toda la producción chilena y paga los precios más altos, es un negocio muy rentable y prácticamente no hay competencia, por toda la cantidad que producimos», declara Sigala.
Verfrut se ha posicionado entre los mayores exportadores de cerezas, enviando cerca de un 70% de su producción al país asiático. «El secreto es la temperatura, mantener las cerezas a 6 grados garantiza su calidad óptima», confiesa el responsable de producción, Patricio Cáceres, en un recorrido brindado a Xinhua a través de las instalaciones de la empresa.
Primer exportador del hemisferio sur
Chile fue el primer exportador de cerezas en el hemisferio sur en la temporada 2022-2023, con el 97% de los embarques, seguido por Argentina. La cifra equivale a 415.398 toneladas, es decir, 83 millones de cajas de cinco kilos.
La producción de cerezas abarca el 30% del empleo en el sector frutícola en Chile, con 200.000 puestos de trabajo directos en los meses del verano austral, principalmente en las áreas de cosecha, empaque y distribución.
De acuerdo con cifras de la Asociación de Exportadores de Frutas de Chile, se han exportado 251.000 toneladas de cerezas esta temporada, un 35% menos que en igual periodo del año anterior.
El año 2023 fue desafiante para los productores por la presencia del fenómeno climático El Niño, que desató fuertes lluvias primaverales en las regiones centrales del país, las cuales concentran la mayor cantidad de plantaciones fruteras a nivel nacional, lo que ocasionó cuantiosas pérdidas.
Fuente: www.mundomaritimo.cl