Las entregas ultrarrápidas han ocasionado un cambio de paradigma en el reparto de última milla. Si este modelo de distribución estaba enfocado principalmente a los productos de alimentación, también han aparecido algunas iniciativas empresariales para dirigirlo a las frutas y las verduras.
Sin embargo, diversos productores y distribuidores cuestionan la necesidad de acelerar el reparto de unos productos que se diferencian por su frescura.
El modelo Q-Commerce se basa en poner el producto en hogares en menos de 18 horas desde su recolección (17 horas hasta el almacén y una hora hasta el cliente)”, explica el consejero delegado y fundador de la startup Freshis, Lluís Puig.
“Se envia a cada productor el pedido de lo que necesitamos antes de las 12 del mediodía, ellos organizan su recolección y por la tarde se organiza el transporte desde el productor a nuestra plataforma logística”, añade.
A partir de las 6 de la mañana del día siguiente, transportan los productos a sus almacenes urbanos, donde se preparan los pedidos y se reparten a cada cliente en una hora con su propia flota de vehículos eléctricos. Son instalaciones de entre 500 y 800 metros cuadrados emplazados en zonas con alta densidad de población y acceso a las principales vías de la ciudad.
Lluís Puig asegura que “cada ciudad tendrá su propio stock”, porque “tratamos de traer cada producto desde el punto más cercano que asegure nuestros estándares de calidad”. El producto local representa el 20% de su surtido, varía según la proximidad de los productores y se deposita directamente en los almacenes urbanos. Todos los productos son transportados mediante servicios externalizados.
¿Merece la pena recibir un pedido de fruta y verdura a domicilio en una hora? “Creo que no es un producto urgente, ni un antojo que pueda tener alguien”, sostiene el fundador de la compañía Cesta Verde, Manuel Luis Castellanos. Cesta Verde es una tienda online de alimentos ecológicos. Agrega que “las cestas las entregan las mismas personas que las han preparado previamente y semanalmente van a las mismas casas, por lo que el trato es muy cercano”.
Mediante este modelo de negocio, también desde Freshis han sido capaces de “eliminar todos los intermediarios de la cadena de valor y así acortar los plazos del campo a la mesa”, justifica Lluís Puig.
“Es inviable repartir de una o dos horas”, asegura el productor y encargado de Naranjas Lola, Federico Aparici. Esta tienda online de Valencia fue la primera en vender naranjas por internet en 1995 en España directamente al consumidor. Aparici explica que a las siete de la tarde terminan de cosechar y por la mañana realizan el reparto con servicios externalizados de Seur, DHL y otros».
«Desde el árbol hasta la casa de un cliente, las cajas de 5, 10 o 15 kilogramos de naranjas tardan en llegar 24 horas. Coincide con el responsable de Cesta Verde al afirmar que sus clientes “disfrutan de una fruta de calidad” y hay que tener en cuenta la temporada de los productos.
Por su parte, Federico Aparici de Naranjas Lola señala que si el reparto se realiza en una o dos horas, previamente necesitas tener stock suficiente: “El problema es el tiempo que la fruta está en el almacén”. En el caso de Freshis, se vale de un algoritmo que estima la demanda del cliente mediante la identificación de patrones de consumo con su base de datos.
Con todo, concluyen que si el cliente sabe qué día y hora le va a llegar su pedido y cumplimos, este quedará satisfecho.
Fuente: www.mascontainer.com