La disolución prevista para 2025 de la alianza que mantiene con MSC, pondrá a Maersk en una posición difícil, pues es demasiado grande para unirse a una alianza ya existente y demasiado pequeño para continuar solo.
Así lo ven desde la consultora Drewry, que cree que el final de la alianza parecía cada vez más cercano, ya que el contrato estaba a punto de expirar y ambos socios estaban desarrollado cada vez más servicios de manera independiente. La interrupción de la alianza allana el camino para que continúen con sus estrategias individuales.
Los dos han seguido caminos de crecimiento muy diferentes durante este tiempo, pues mientras MSC ha asaltado los mercados de segunda mano y alquiler, y ha invertido grandes cantidades en nuevos pedidos. Maersk por su parte ha centrado su estrategia en la integración vertical y no ha buscado mantener a toda costa su posición en el mercado.
En este sentido, parece que MSC cree que puede utilizar mejor estos barcos según sus intereses, sin atarse a un socio con otras prioridades, pero existe el riesgo de que, ya que tendrá que llenarlos por su cuenta, regrese a su antiguo modelo de ganar cuota de mercado con precios más bajos, una estrategia que podría desestabilizar el mercado.
Por su parte, algunos clientes de Drewry creen que Maersk está sufriendo una especie de crisis de identidad y no están siendo capaces de expresar lo que significa su estrategia de integración, pero ha invertido tanto dinero y esfuerzo que será difícil que retroceda. Su visión relajada sobre el crecimiento de la cuota de mercado lo coloca en una situación difícil, porque según la consultora no podrá ofrecer la misma cobertura que ahora al operar de manera independiente.
Sin embargo, su tamaño es tal que las autoridades de competencia probablemente bloquearán cualquier movimiento para unirse a una de las otras dos alianzas, comprometidas contractualmente más allá de la finalización de 2M en 2025.
Aunque es poco probable que se produzca una reorganización radical de las alianzas, podría ser una posibilidad, que conduciría, no obstante, a una carnicería en el mercado de fletes, ya que los nuevos miembros cortejarían a los cargadores para que se incorporasen a sus nuevos equipos.
También es posible que Maersk salga del paso con acuerdos ad hoc para compartir buques y de intercambio de franjas horarias, o que aumente rápidamente el tamaño de su flota a través de adquisiciones y alquileres. Desde Drewry, consideran que es probable que el final de 2M fuera iniciado por MSC, que parece estar mejor equipado para una vida independiente.
Fuente: www.mascontainer.com