El alto stock y bajo consumo están originando una caída de la demanda de los fletes, lo que podría repercutir en el valor final de los productos y alivianar la inflación que se estima en el corto plazo.
El pronóstico en la economía mundial durante 2023 no es alentador y para Chile los expertos estiman una fuerte recesión. Por ello, hoy las empresas logísticas se preparan para los efectos inflacionarios producidos tras la pandemia, el conflicto en Ucrania y los aumentos en la tasa de interés en los bancos.
La incertidumbre global de estos últimos años, el poco abastecimiento, la falta de contenedores y las dificultades del transporte marítimo generaron un incremento de stock en las empresas, lo que significará una caída importante de los fletes en los próximos meses.
“Hay una aparente tormenta perfecta; el dólar, la energía y los stock son altos, sin embargo hay poco consumo, todo esto va a ocasionar que en los próximos meses haya una caída importante en el volumen marítimo. Además, para los próximos dos años se prevé un aumento de capacidades por la entrega de nuevos buques y espacios marítimos. Ya estamos viendo como los precios de importación desde Asia no se acercan en nada a los del año pasado y el uso de las naves no están al 100%”, comenta Alberto Oltra, CEO de DHL Global Forwarding en Sudamérica.
En ese sentido, se abre la posibilidad de un panorama menos complejo en materia de costos para los usuarios finales, quienes han sido los principales afectados por la inflación de este último año.
De acuerdo con Oltra, antes de la pandemia el costo logístico no sobrepasaba el 5% del valor del producto. Sin embargo, esto cambió durante los brotes de la pandemia de Covid-19 en el mundo. “El aumento fue tan alto que en algunos casos no era viable importar ciertos productos y derechamente se dejó de hacer, lo que trajo como consecuencia el nearshoring. En vez de traer el producto, era más barato producirlo en el mercado al que se importaba”, explica el ejecutivo.
Proyecciones alentadoras
Estas situaciones podrían revertir el panorama actual de la industria y el comercio. Como el valor de la logística se refleja en el precio final, la baja en los costos de los fletes podría frenar el aumento de la inflación de los últimos años, impactando positivamente al consumidor final.
“Los primeros seis meses del próximo año serán complejos. El conflicto de Ucrania no puede durar para siempre y es probable que baje la tensión de los precios de la energía. Los intereses actuales están muy altos para controlar la inflación, con la caída de precios que vemos, lo más probable es que también se relaje y eso va a propiciar que la gente otra vez pida créditos para consumo. Espero que el 2023 sea el año de transición, con una recesión no tan profunda, para que ya el 2024 partamos con mejoras. Considerar 18 meses para recuperarnos es un tiempo prudente”, agrega.
Ante estas circunstancias, las compañías están invirtiendo en nuevas tecnologías que les permitan mayor productividad y reducir costes. “Las inversiones contracíclicas también son interesantes, en nuestro caso están centradas en la experiencia del cliente”, finaliza Oltra.
Fuente: www.revistalogistec.com