En la Encuesta Accenture-UNGC 2023, el 98% de los CEOs reconoció la importancia de este ítem para sus negocios, pero hay una brecha entre intenciones y acciones, especialmente en áreas como gestión del agua, derechos humanos y economía circular.
Históricamente, muchas empresas han considerado la sostenibilidad como un complemento, un «extra» que podría estar o no en su agenda. Pero el panorama actual muestra que ha ganado tracción significativa, no solo por la creciente preocupación ambiental y los desafíos geopolíticos, sino también por la demanda directa de diversos grupos de interés: clientes que exigen productos responsables, empleados que desean trabajar para firmas conscientes, reguladores que imponen normativas más estrictas, y accionistas que ven el valor a largo plazo.
Pero aunque se ha avanzado en la adopción de prácticas sostenibles, hay empresas que aún manejan la sostenibilidad de manera fragmentada. En la Encuesta de Sostenibilidad Accenture-UNGC de 2023, el 98% de los CEOs manifestó que la sostenibilidad es importante para su negocio. Sin embargo, hay un desfase entre intenciones y acciones tangibles. “Si bien las emisiones de carbono son una prioridad, aspectos como la gestión del agua, los derechos humanos en la cadena de suministro y la economía circular también necesitan ser abordados”, explica Pablo Camilleri, director ejecutivo de Accenture Chile.
El ejecutivo cuenta que empresas como Natura & Co. han hecho de la sostenibilidad el núcleo de su propuesta de valor, “no solo mediante una estrategia de marketing, sino arraigándola profundamente en la forma en que obtienen sus ingredientes, producen sus productos y se conectan con sus clientes”, ejemplifica, añadiendo que también Tony’s Chocolonely, por otro lado, ha destacado por su lucha contra la esclavitud en la cadena de suministro del chocolate.
El entorno empresarial presenta incertidumbres y desafíos constantes. En este contexto, el estudio de Accenture sugiere que las marcas consideren cinco áreas para abordar la sostenibilidad: integrar en las operaciones, anticipar futuras regulaciones, eliminar silos organizacionales, adoptar tecnologías sostenibles y fomentar una cultura diversa.
Ejemplos de ello son el Metro de Madrid, que ha demostrado cómo la tecnología, en particular la inteligencia artificial, puede mejorar la sostenibilidad al optimizar el sistema de ventilación, reduciendo así el consumo energético. A su vez, Ikea resalta en su compromiso con la economía circular, no solo lanzando líneas de productos fabricados a partir de materiales reciclados, sino que también ha promovido programas de ‘recompra y reventa’, incentivando a los consumidores a reciclar y reutilizar.
“La sostenibilidad no es un viaje con un destino final, sino un proceso continuo de adaptación y mejora”, asegura Camilleri, y espera que en el futuro, más empresas adopten prácticas sostenibles no solo por obligación, sino porque ven el valor intrínseco de hacerlo.
Fuente: www.revistalogistec.com