Presentan alto riesgo de inflamabilidad, además de una agresiva y persistente combustión.
El incidente del car carrier “Fremantle Highway”, que comenzó a incendiarse el 25 de julio con miles de automóviles a bordo, frente a las costas de Países Bajo, vino a recordar que los siniestros en las naves siguen siendo uno de los mayores problemas de seguridad para la industria del transporte marítimo. De hecho, el reporte Safety and Shipping Review 2023 de Allianz Global Corporate & Specialty (AGCS) 2023 informa que los incendios fueron la segunda causa principal de pérdida total de buques en 2022 (después del hundimiento) con un total de ocho y con más de 200 incidentes reportados, el más alto en una década. Consultores especializados de AGCS se refirieron a los factores detrás de esta tendencia.
Según detallan, solo en 2022 se informaron 209 incidentes de incendio, mientras que se han perdido 64 naves por incendios en los últimos cinco años. Además, el análisis de AGCS de 250.000 reclamos de la industria de seguros marítimos muestra que el fuego también es la causa de pérdida más costosa, ya que representa el 18% del valor de todos los reclamos analizados.
Grandes buques, mayor riesgo
Añaden que los incendios catastróficos en grandes buques generalmente comienzan con carga combustible, que luego se propaga rápidamente y supera las capacidades de extinción de incendios de la tripulación. El tamaño y el diseño de las naves de gran tamaño hacen que la detección y la lucha contra incendios sean más desafiantes y, una vez que la tripulación se ve obligada a abandonar la embarcación, las operaciones de respuesta de emergencia y salvamento se vuelven más complejas y costosas, incrementando el riesgo de una pérdida importante o total.
En este sentido, la declaración errónea de la carga es un problema real, puesto que los sistemas de notificación de la industria atribuyen alrededor del 25% de todos los incidentes graves a bordo de buques portacontenedores a cargas peligrosas mal declaradas, como productos químicos, baterías y carbón. Un punto clave es que etiquetar una carga como peligrosa es más costoso, por lo que algunas empresas intentan eludir esto declarando los fuegos artificiales como “juguetes” o las baterías de iones de litio (Li-Ion) como “piezas” de computadora, por ejemplo.
Baterías de iones de litio, un nuevo riesgo
Los consultores de AGSC explican que las baterías de iones de litio se pueden transportar a bordo de los buques como carga independiente o como parte del equipo de los vehículos eléctricos (EVs). Muchas se transportan de manera segura todos los días, pero los riesgos de incendio están presentes en ambos casos, especialmente si se trata de baterías usadas o defectuosas, dañadas o almacenadas, empaquetadas, manipuladas o etiquetadas de manera incorrecta.
Los principales peligros que representan son el rápido aumento de la temperatura de estas unidades (descontrol térmico), la inflamación y el riesgo de explosiones. También pueden producir gases irritantes, corrosivos o venenosos que provocan una explosión en un espacio confinado. Las causas principales de los incendios de las baterías de iones de litio son la fabricación deficiente o el daño presente en las celdas o dispositivos de las baterías, la sobrecarga y los cortocircuitos.
Si bien las baterías de iones de litio no necesariamente se queman con más frecuencia que otros bienes, después de encenderse son más difíciles de extinguir, ya que pueden arder más ferozmente y ser capaces de volver a encenderse espontáneamente horas o incluso días después de haber sido apagadas.
Además, la mayoría de los buques carecen de la protección contra incendios, de capacidad para extinguirlos y de sistemas de detección adecuados para hacer frente a tales incendios en el mar, lo que se ha vuelto más difícil debido al aumento dramático en el tamaño de los buques.
Presión de la tecnología “verde”
La descarbonización y la electrificación están aumentando la cantidad de bienes que contienen baterías de iones de litio, desde vehículos eléctricos hasta una amplia gama de productos electrónicos y de consumo. McKinsey proyecta que el mercado mundial de baterías de iones de litio crezca más de un 30% anual entre 2022 y 2030.
La cantidad de EVs también crece aceleradamente: casi el 10% de las ventas mundiales de automóviles fueron eléctricas en 2021, cuatro veces la participación de mercado en 2019 y la explosión de la demanda de estas baterías está inundando el mercado con nuevos fabricantes, lo que plantea algunas dudas sobre el control de calidad.
Elevando estándares
Claramente estas cargas significan nuevos riesgos si no se gestionan adecuadamente, por ello transitarios y líneas navieras deben mejorar los estándares de seguridad con estas entregas. Los especialistas de AGCS destacan que el estado de carga (SOC, por sus siglas en inglés) de las baterías de iones de litio es una consideración importante en su transporte seguro y deben tener una carga de energía entre el 30% y el 50% (más hacia 30 que 50). Los importadores también deben solicitar la certificación adecuada a los fabricantes antes de transportarlos, ya que la fabricación defectuosa es una de las principales causas de incendios en este tipo de baterías.
Junto a la declaración correcta (y honesta) de la carga y la capacitación adecuada en extinción de incendio de la tripulación, los especialistas sugieren que la industria marítima unifique los requisitos y sanciones por carga peligrosa mal declarada. Además, señalan que hoy es materia de debate la necesidad de contar con buques Ro-Ro dedicados exclusivamente a EVs, diseñados especialmente para reducir sustancialmente el riesgo de incendios.
Fuente: www.mundomaritimo.cl