A raíz de las crecientes tensiones en el Mar Rojo, el pasado jueves, la Federación Internacional del Transporte (FIATA) llamó a reforzar el diálogo internacional entre los gobiernos y los líderes de la industria en pos de garantizar una supervisión adecuada respecto de la escalada de recargos impuestos por las compañías navieras que operan dentro y fuera del Mar Rojo y el Canal de Suez, con el objetivo de proteger los intereses de los consumidores y facilitar un enfoque coordinado que permita encontrar y aplicar soluciones unidas para una cadena de suministro marítima resistente.
Como es sabido, en el Mar Rojo, una de las vías navegables más transitadas del mundo que une Europa y Asia, se han verificado ataques contra el transporte marítimo comercial. En respuesta a estos eventos, alrededor de 18 compañías navieras decidieron unilateralmente interrumpir o desviar el tráfico en la vía navegable a través del Cabo de Buena Esperanza, lo que ha derivado en un aumento de los tiempos de tránsito -de alrededor de 12 días- y fuertes incrementos en las tarifas de flete. No obstante, diversos expertos han indicado que, si bien existe el reto de gestionar la eficiencia y competitividad de la nueva ruta, existe capacidad suficiente para desviar los buques alrededor del Cabo de Buena Esperanza, sin que por ello se deba registrar un alza tarifaria extrema, como la que hoy afecta a los actores del comercio exterior. En este punto, otras voces aseguran que sigue habiendo espacio en los buques, lo cual implica que existe oferta disponible de contenedores.
Según los últimos datos del Índice Mundial de Contenedores de la consultora británica Drewry, publicados este jueves, a raíz de las medidas tomadas por las navieras, los precios spot han aumentado el 61% en el transcurso de apenas una semana, hasta los 2.670 dólares por contenedor de 40 pies. La cifra también está el 25% por encima de la experimentada en la misma semana de 2022. Además, el flete está ahora el 88% por encima de las tarifas medias prepandemia, que eran del orden de 1.420 dólares. En este contexto, los analistas de Drewry prevén que los fletes entre Asia y Europa mantendrán la escalada en las próximas semanas, especialmente en las rutas con el Mediterráneo, que serán, de lejos, las más afectadas.
En el actual contexto de presión inflacionaria, en concordancia con lo argumentado por FIATA, ALOG Chile insta a las compañías navieras -en general- a tener especial cuidado en la imposición de recargos, y a comunicar dichos extracostos de forma transparente y clara, dado que – según lo analizado por diversos expertos de la Federación y actores del sector- existen discrepancias en el cálculo de la proporción de recargos y los costos reales incurridos al desviar los buques a través del Cabo de Buena Esperanza, al tiempo que la información sobre el contenido de estos recargos en las facturaciones no presenta un adecuado desglose. En este punto, cabe destacar que las medidas tomadas por las compañías navieras también suponen un negativo impacto en la operativa de los puertos y en la conectividad de la cadena de suministro global, afectando – principalmente- a los países en desarrollo, entre ellos Chile.
Si desea profundizar en esta información acceda a los siguientes links:
https://fiata.org/n/shipping-lines-reroute-vessels-in-the-wake-of-red-sea/
Fuente: ALOG Chile
