Puertos de San Antonio, Coquimbo y Talcahuano analizaron el futuro de la industria en Filce 2024

Los desafíos en materia de infraestructura y el próximo período de concesiones fueron los principales temas que abordaron los líderes de los terminales portuarios de Coquimbo, San Antonio y Talcahuano, y el presidente de la Cámara Aduanera en el conversatorio de la segunda jornada de Filce.

Muchas de las cosas que actualmente vemos en materia de infraestructura portuaria corresponde a prácticamente treinta años atrás y en poco tiempo más comenzará un nuevo proceso de licitaciones. Es de público conocimiento que las propuestas realizadas a fines de los años 90 presentan en la actualidad un escenario muy diferente en cuanto, por ejemplo, al desarrollo del comercio exterior y la logística.

En el conversatorio “Puertos de Chile, una visión hacia el futuro” que se desarrolló en la segunda jornada de Filce 2024, los gerentes generales de Puerto San Antonio, Ramón Castañeda; de Puertos de Talcahuano, Cristian Wulf; y de Empresa Portuaria Coquimbo, Ernesto Piwonka; y el presidente de la Cámara Aduanera de Chile, Felipe Serrano, analizaron esta variable de las concesiones y también se refirieron a las proyecciones, desafíos y oportunidades de los terminales portuarios, sobre todo en temas de digitalización.

“La ley 19.532, que establece, entre otras cosas, el régimen de concesiones de los puertos del Estado, data de fines de la década de los 90, pero afortunadamente tuvo una visión muy amplia y muy flexible que evita caer en rigidez, en particular en este ámbito de las concesiones. Entonces, a pesar de ser una ley de esa época, con las nuevas licitaciones que se van a iniciar a fines de esta década, tenemos todas las herramientas para poder incorporar los nuevos desafíos que nos impone el sistema hoy día”, señaló el gerente general de la Empresa Portuaria Coquimbo, Ernesto Piwonka.

El ejecutivo aseguró que queda bastante trabajo que hacer y mencionó la incorporación de criterios como la sostenibilidad, la incorporación de nuevas tecnologías en cuanto a acceso a la información, que en los primeros contratos se hacía de manera trimestral o mensual y por papel. “Hoy día tenemos todas las herramientas para incorporar este tipo de variables en los contratos de concesión. En nuestro caso tenemos una concesión que se inició en el año 2012, inicialmente por 20 años, con posibilidad de extenderse 10 más. Así que, en principio, se terminaría en 2032, donde tendríamos que volver a licitar a un nuevo concesionario o en el 2042, si es que se da la extensión”, indicó Piwonka.

Por su parte, Cristian Wulf, recordó que la concesión del puerto San Vicente termina en el 2029 y adelantó que se encuentran realizando un estudio de demanda que está prácticamente listo. “Vamos a poder establecer un proyecto concreto para saber qué es lo que vamos a pedir en la próxima concesión en cuanto al interior del puerto, infraestructura, explanada, bodegas, y equipamiento adecuado para ir hacia la carbono neutralidad. Lo que se busca es modernizar los contratos, hay harto desafío desde ese punto de vista”, sostuvo.

En su opinión, otro tema que quizá no tiene que ver directamente con la concesión, pero que podría hacerla más atractiva es la gobernanza, cómo se percibe la ciudad y qué impactos está generando el puerto. “Es algo que realmente importa, el cómo está el puerto conviviendo con la ciudad, cómo le va a tocar a ese concesionario llegar y cómo es esa relación. Este es un poco el escenario que nosotros estamos trabajando, por ejemplo, en la economía logística, el acceso al puerto, una serie de otras instancias para que estemos, mantengamos y mejoremos todavía más el escenario que tenemos”, dijo Wulf.

Para el gerente general de Puerto San Antonio, Ramón Castañeda, el resumen para esta nueva generación de contratos de concesión es la sostenibilidad. Los nuevos desarrollos, como esta nueva licitación y contratos de concesión, tienen que estar adaptados a esta nueva realidad, por ejemplo, de huella de carbono. En su opinión, “este es un poco el mix que tenemos que tomar en cuenta en esta nueva etapa porque la competitividad también va a venir por el posicionamiento en la evolución del sector naviero. Y el sector naviero está avanzando hacia tiempos de estadía en el muelle más breves, con conexión eléctrica para no emitir combustible mientras están atracadas las naves”.

El ejecutivo recalcó que “actualmente estamos enfocados en el trámite ambiental del Puerto Exterior, que esperamos el próximo año tenga un avance importante y ya comenzar con lo que son los procesos de visitación de obras para la construcción de ese proyecto de largo plazo. Pero al mismo tiempo, en paralelo con las licitaciones, también los próximos dos años son claves en ese sentido de concretar todos estos estudios, todos estos procesos administrativos, las validaciones que tienen que tener, que también son las mismas que tenía la ley en las mismas, pero creo que hoy día el grado de visibilidad de estos procesos es mucho mayor del que tuvieron quizás en su minuto. Están siendo observados por más gente, y también por la propia ciudadanía”.

Desafíos y necesidades de la infraestructura portuaria

“El puerto de Coquimbo ha ido mejorando en varios aspectos. En nuestro caso somos el último de los puertos del Estado que fue concesionado y, por lo tanto, es el último que partió con inversiones importantes en infraestructura. Teníamos dos sitios antiguos, con poco calado, con poco equipamiento, por lo tanto, estaba muy ilimitado en términos de infraestructura y de equipamiento. La carga que estaba recibiendo era básicamente fruta y concentrado de cobre que se movían en una lógica muy estacional, concentrando el trabajo en los meses de diciembre a marzo”, recordó Ernesto Piwonka.

A juicio del ejecutivo, “eso está cambiando luego de la construcción del Sitio 3 que se concretó a fines del año pasado por nuestro concesionario Terminal Puerto Coquimbo (TPC). Es un sitio bastante interesante en términos portuarios y tiene 14 metros de calado, grúas móviles de muelles por lo que adicionó una capacidad importante a un puerto que estaba muy disminuido en términos de infraestructura y de equipamiento”.

“Eso nos coloca en una posición distinta al momento de tratar de captar cargas que hasta el minuto no éramos capaces de mover porque no teníamos la capacidad de hacerlo. Este sitio ya está operando, pero siempre habrá elementos que ir ajustando producto de una infraestructura que acaba de ponerse en funcionamiento. Lo bueno es que a infraestructura está, que es el paso más difícil de dar”, sostuvo el gerente general de la Empresa Portuaria Coquimbo.

El ejecutivo explicó que “tenemos desafíos como la tecnología, que se tiene que ir adaptando a esta nueva realidad del puerto, pero como región, el objetivo más importante es que estamos empujando el proyecto del System Approach, que significa que la fruta que va a Estados Unidos, especialmente la uva, puede ser inspeccionada en origen y de esta manera nos evitamos una ineficiencia tremenda que es que la fruta sea rechazada en destino”.

Otro aspecto importante para el terminal portuario de la Región de Coquimbo es la conectividad donde, en su opinión, todavía queda bastante que hacer. “Podemos hacer muchas cosas desde el puerto hacia adentro, en términos de infraestructura, pero todo lo que está hacia afuera lo tenemos que ver en conjunto con la ciudad, la región y el país. Ese es un desafío que tenemos como puerto, mejorar la conectividad vial, pero son iniciativas que toman años y las estamos empujando como región”, aclaró Piwonka.

En el caso de Puertos de Talcahuano, son varios los desafíos. “Lo primero, algo que venimos trabajando desde el año pasado con el Ministerio del Transporte, es la puesta en marcha de la Ventanilla Única Marítima (Vumar). Hemos estado fuertemente impulsando como región para poder avanzar, capacitar a la gente, buscar mejoras a medida que fueron avanzando las distintas pruebas. Fuimos una región pionera desde ese punto de vista y lo seguimos siendo”, destacó el gerente general Cristian Wulf.

En particular en la zona del Biobío existe una comunidad logística muy potente, que cumple un trabajo colaborativo con cerca de 29 empresas, con cinco mesas de trabajo que se reúnen mensualmente para ir resolviendo problemas. En opinión del ejecutivo, “uno de los desafíos es poder desarrollar un Port Community System (PCS) que busca estar más integrados entre los servicios públicos, las aduanas, los terminales, los operadores, etc. Queremos ir paso a paso, trabajando en conjunto, que todos vean el beneficio de estar entregando información y que sea de manera segura”.

Mientras, Ramón Castañeda, gerente general de Puerto San Antonio, señaló que necesitan aumentar la capacidad para garantizar que el país siga teniendo la posibilidad de desarrollarse a través nuestro en el comercio exterior. “Eso es lo que motiva que se desarrolle la necesidad de tener un puerto moderno, un puerto de futuro, un puerto que también responde no solo a la evolución futura, sino que también a los cambios que se han producido en las últimas décadas”, dijo.

“De todas maneras, hay mucho trabajo que hacer antes de la mitad de la próxima década. Estamos trabajando con proyectos concretos para llegar con una capacidad mayor de la que hemos tenido en los últimos años. Tenemos que superar los 2,5 millones de TEU para superar o acercarnos a los cuatro millones que se esperan como macrozona porque eso es lo que nos va a permitir llegar y transitar adecuadamente hacia el 2036, fecha en que esperamos el Puerto Exterior esté operativo”, aseguró Castañeda.

Otro desafío que espera concretar a fines del próximo año, o comienzos del 2026, es una obra de renovación y de adaptación del molo de abrigo al cambio climático. «Una obra cercana a los 12 millones de dólares que elevará su altura, renovará la infraestructura con un hormigonado que le da más seguridad a todo ese bloque de cemento que llevan muchas décadas funcionando, y también una infraestructura en la parte superior que va a permitir que las olas no lleguen al patio y permiten una operación más segura”, concluyó.

Por último, el presidente de la Cámara Aduanera de Chile, Felipe Serrano, manifestó que lo más importante en esta materia es que «la infraestructura está y están las ganas de hacer las cosas. Yo creo que podemos lograr mejorar esa efectividad que se necesita, mejorar los costos, porque todo lo que demora es costo y todo lo que está bien hecho es el costo justo.

Fuente: www.agendamarita.cl