La gerenta general de la Comunidad Logística San Antonio participó en el VIII Encuentro Latinoamericano de Comunidades Logísticas y analizó el tema de la seguridad en la industria marítimo-portuaria. Además, detalló el trabajo que realiza cada uno de los actores de la cadena en esta materia.
Uno de los temas más sensibles en la industria marítimo-portuaria es la seguridad. Un eslabón importante en la cadena logística y una amenaza estratégica que, a juicio de los actores del sector, es necesario tomar en cuenta. De acuerdo a datos de la Cámara Marítima y Portuaria (Camport), entre los años 2021 y 2023 se registraron 49 asaltos a instalaciones portuarias o recintos de almacenamiento portuario con daños directos por varios millones de dólares.
Frente a este tema, la gerenta general de la Comunidad Logística San Antonio (Colsa), María Pilar Larraín, expuso en el VIII Encuentro Latinoamericano de Comunidades Logísticas. “Chile, en los últimos años, ha sufrido un aumento exponencial de la delincuencia y el crimen organizado. Hace cinco años era un problema que mirábamos desde lejos en otros países vecinos, hoy existe y eso nos está afectando directamente como industria marítima, logística y portuaria, en materias de contrabando, narcotráfico y el robo de mercancías”, explicó.
A su juicio, “la seguridad de la carga es un aspecto crítico en el transporte marítimo. La cooperación entre organismos internacionales, la adhesión a normativas específicas y la implementación de medidas prácticas son esenciales para proteger tanto la carga, las instalaciones y los buques. La seguridad marítima y portuaria es un área muy compleja que requiere la cooperación internacional y el cumplimiento de normativas específicas”.
En este sentido sostuvo que la Organización Marítima Internacional (OMI) promueve la seguridad en el transporte de carga y en el caso de Chile, se cuenta con varias instituciones claves en materia de seguridad marítima y portuaria: la Armada de Chile, la Autoridad Marítima, el Servicio Nacional de Aduanas, el Ministerio del Interior y Seguridad Pública, las policías y la Fiscalía, entre otros.
María Pilar Larraín explicó que “la Capitanía de Puerto de San Antonio procura mantener un nivel adecuado de protección en las instalaciones portuarias y buques, que les permite alcanzar estándares nacionales e internacionales que exige el comercio marítimo y contribuyen a dar pleno cumplimiento a los acuerdos que Chile ha suscrito con la OMI y la Comunidad Marítima Internacional. Para el caso de San Antonio, el cumplimiento implica la ejecución de una auditoría de verificación anual en base al plan de protección que posee cada terminal marítimo y cada cuatro años se ejecuta una auditoría de renovación del plan”.
“Otra de las instituciones claves es el Servicio Nacional de Aduanas, que cumple funciones estratégicas para el desarrollo del país, tiene un rol preponderante en materia de comercio exterior, especialmente en la facilitación y agilización de las operaciones de importación y exportación a través de la simplificación de trámites y procesos aduaneros”, explicó la gerenta general de la Comunidad Logística San Antonio.
María Pilar Larraín indicó que “la Aduana resguarda los intereses del Estado y de la ciudadanía, fiscalizando las operaciones de comercio exterior de manera oportuna y exacta y determinando los derechos impuestos vinculados a estas operaciones, verificando en el ámbito de la seguridad que no ingresen a nuestro país mercancías que puedan ser consideradas peligrosas para el Estado de Chile. En San Antonio, el servicio cuenta con 80 funcionarios, un camión escáner, perros detectores de droga y servicios de inteligencia de alto nivel, permitiendo tener sólo un 5% de aforo físico, lo que facilita la fluidez de la carga y hace ineficiente nuestra cadena logística”.
También destacó la labor que cumple la Policía de Investigaciones (PDI) en las acciones orientadas a la persecución de los delitos, especialmente aquellos relacionados con el crimen organizado. De esta manera, en nuestro país han detectado varias formas para movilizar droga a través del comercio del transporte marítimo. “Las más frecuentes son los llamados parásitos, embarcaciones de pesca artesanal que trasladan a buzos locales para contaminar cascos de buques mercantes atracados en puertos de países productores de droga, buzos que posteriormente viajan a los puertos de recalada de dichas naves a fin de extraer la carga ilícita”, contó Larraín
Otro de los modos de operación de estas bandas delictivas es el arrastre, que consiste en el traslado de pequeños volúmenes de droga que son amarrados a las estructuras de las naves, y a diferencia de los parásitos, no es necesario que la nave esté atracada. La gerenta general de Colsa agregó a “las empresas de fachada, que son pequeñas empresas que efectúan importaciones de países productores de droga con mercancía ilícita, contaminada para el consumo interno o para su reexportación. También están las importadoras de frutas que aprovechan su giro, compran droga y la ocultan al interior de contenedores rígidos”.
La labor de Colsa frente al crimen organizado
“La lucha contra el robo y crimen organizado requiere un enfoque multifacético centrado en la colaboración y medidas de seguridad efectivas. Si bien la colaboración internacional y nacional son fundamentales, no lo es menos la colaboración local, entre los distintos actores de la industria, las policías y las autoridades locales. Como causa, a través del Comité de Seguridad, hemos logrado un trabajo mancomunado y generado las confianzas que son importantísimas para enfrentar situaciones de riesgo y fortaleciendo la seguridad en la zona portuaria como en la extraportuaria”, explicó.
De esta manera, los diferentes actores se encuentran conectados a través de Colsa para abordar los temas de seguridad a la carga y compartir buenas prácticas de medidas efectivas anti delitos. A su juicio es de suma importancia “promover la colaboración entre policías, Aduana y Fiscalía, y la de terminales, depósitos y operadores logísticos, cooperando con información clave, precisa y oportuna de las situaciones de sospecha o ya delitos ocurridos”.
En palabras de María Pilar Larraín, la principal vulnerabilidad como complejo portuario en San Antonio se encuentra en las zonas extraportuarias y de apoyo logístico, como también en los accesos al puerto y a las instalaciones extraportuarias como las carreteras que conectan al puerto San Antonio con el resto del país. “El principal foco es el asalto o robo de camiones que salen o van al puerto con carga. Otra de las prácticas recurrentes es la falsificación del chofer o camión para retirar carga, vulnerando los sistemas de información del terminal. Generalmente están involucrados auxiliares de las agencias de aduanas que manejan esta información y que se coluden con los otros grupos para poder robar la carga que siempre es valiosa”, explicó.
“La vulnerabilidad viene siempre desde el humano, las personas que filtran la información y se coluden con el crimen organizado, los delincuentes. Una de las medidas más efectivas en este ámbito es que las empresas, los terminales extraportuarios y depósitos, hagan un chequeo muy exhaustivo de las personas que están trabajando con ellos y quienes además dentro de la organización pueden tener acceso a la información de carga de los contenedores”, sostuvo la gerenta general de la Comunidad Logística San Antonio.
Otra de las medidas que Colsa impulsa en materia de seguridad es “un plan de fiscalización permanente en la zona portuaria y extraportuaria junto a Carabineros, la Policía Marítima e inspectores municipales coordinados con las autoridades locales. Se consideran también patrullajes preventivos con drones en una iniciativa en conjunto con el Ministerio del Interior a través de la Subsecretaría de Prevención del Delito”.
“Entre las principales medidas de prevención del delito para las instalaciones portuarias y extraportuarias están los controles de acceso a las instalaciones que también es fundamental para prevenir instrucciones no autorizadas. Esto puede incluir la implementación de sistemas de identificación biométrica, tarjetas de acceso, enrolamiento a camión y conductor, y vallas perimetrales. Es de vital importancia llevar un registro completo de todas las personas que ingresan tanto peatonalmente como vehicularmente e instalar sistemas de vigilancia con la más alta tecnología”, señaló.
Destacó también la importancia de realizar inspecciones de seguridad permanentes a las unidades de carga de transporte de contenedores mediante tecnologías como el escaneo para que se pueda facilitar la identificación de amenazas con estas inspecciones. “La fragilidad y la vulnerabilidad están por el personal que se colude para cometer delitos y, en ese sentido, el entrenamiento de toda la organización para enfrentar el crimen organizado es vital, como así también enfrentar con simulacros periódicos los incidentes para estar mejor preparados ante un evento real”, dijo Larraín.
“La integración de tecnologías emergentes como reconocimiento facial, drones para la vigilancia aérea y sistemas de inteligencia artificial para el análisis de datos puede optimizar la seguridad portuaria. Estas herramientas permiten una vigilancia más efectiva y una respuesta más ágil ante incidentes. La seguridad portuaria requiere la implementación de tecnología avanzada y la protección efectiva de las instalaciones y operaciones portuarias es esencial para garantizar la seguridad de las cadenas de suministro global”, concluyó.
Fuente: www.agendamaritima.cl